¿Es la arquitectura un arte? ¿Se puede ser recordado por un proyecto arquitectónico? ¿La arquitectura de una época es un reflejo histórico de la época en la que fue construido? Si yo respondiese que no a cualquiera de estas preguntas seria desheredado. La realidad es que si la arquitectura no es un arte nada puede ser un arte. La arquitectura nació como una necesidad funcional hasta que llego un momento, miles de años atrás, en la cual la gente prefirió vivir o asistir un lugar que le agradara, llegar a una casa que además de acogerme sea agradable de mirar. Si uno lo piensa bien todas las artes surgieron de una necesidad similar, la necesidad de convertir lo cotidiano e fuera de lo común. Así como en la arquitectura la funcionalidad dio lugar a la búsqueda de estructuras artísticas, en la pintura se paso de tratar de acercarse a la realidad a tratar de contorsionarla, embelesarla, descontinuarla, etc.; por su parte la escritura se encargo de volver las anécdotas tradicionales en historias bellas y atrapantes; la fotografía vuelva la imagen cotidiana en un instante de archivo que se imprime en la historia y así cada arte toma lo simple y olvidable de la realidad para malearlo y darle vida en el imaginario colectivo de todas las culturas. Además de ser un arte la arquitectura es una necesidad, es muy difícil vivir sin las artes consagradas, pero uno no necesita disfrutar de la pintura, la escritura o la música para vivir. La arquitectura es una necesidad, la gente necesita y se merece un techo digno. Muchos arquitectos solo se fijan en este aspecto al construir, vomitan estructuras abominables pero funcionales ya que eso es lo que requiere el mercado. Otros arquitectos son todo lo contrario y se pasan de artistas dejando la funcionalidad plenamente al azar, tan al azar que a veces construyen estructuras frágiles. Los mejores arquitectos son los que encuentran un balance, los que innovan con su arte, con su uso de materiales y con la funcionalidad de su obra. Los mejores arquitectos no solo construyen una obra de arte. Los mejores arquitectos construyen algo funcional que deja una estampa de la época en que han vivido.
Frank Gehry es uno de estos grandes arquitectos, por ahí el mejor arquitecto contemporáneo. Su búsqueda es ciertamente artística y sus obras son grandilocuentes, pero al mismo tiempo son funcionales y representan su época. Cuando uno ve una obra de Gehry uno siente que está viendo una representación arquitectónica de la posmodernidad. Todas las obras de Gehry llaman la atención, esto se debe a sus locaciones y a sus formas. La mayoría de las obras de este arquitecto canadiense se ubican en esquinas o en espacios libres lo cual siempre garantiza más exposición. Gracias a dios esto es solo el principio, no hay ninguna obra del arquitecto Canadiense que pueda considerarse convencional. Generalmente sus obras siguen un diseño kinestetico, todas sus obras tienen mucho movimiento y tratan de representar la zona donde se encuentran. El museo Guggenheim en Bilbao tiene la apariencia de un gran barco y las paredes metálicas poseen una visión escamosa, por otra parte el edificio no cuenta con ninguna superficie plana haciendo más fuerte la sensación de un barco luchando contra la marea, no sé si hace falta aclarar que Bilbao es una ciudad costera. La sala de conciertos Walt Disney en Los Ángeles es un edificio principalmente metálico que representa el resplandor de la ciudad de Los Ángeles y que usa formas simétricas para denotar la interacción de la música con el edificio; esto representa la buena acústica del edificio y el propósito de su ser. En Praga nos encontramos con la Casa Danzante en la cual el artista/arquitecto Canadiense se baso en dos bailarines para conformar una hermosa obra en la vera del rio Moldova. La estructura se caracteriza por su graduación en las curvas que se vuelven cada vez menos o más sutiles depende de la perspectiva. La sutileza en este caso es importante ya que el baile es de momentos sutil y de momentos grotesco, como la obra de Gehry. En todas las obras de Gehry hay un cuidado y estudioso uso de los materiales para que además de arte haya funcionalidad.
Pero la funcionalidad en Gehry no es solo arquitectónica, la funcionalidad es también psicológica y cultural. El elemento más central que tienen todas las obras de Gehry es la fragilidad que representa, el movimiento extremo representado por las obras y los materiales usados dan una sensación de que cuando sople un vientito toda la estructura se va a desmoronar. Es aquí donde radica la grandeza de Gehry, en poder culpar el aspecto consumista de la sociedad actual. Gehry anticipo a Zygmut Bauman y a los popes de la modernidad liquida. El arquitecto canadiense hace obras que denotan fragilidad y grandeza al mismo tiempo. Las obras te llaman a verlas, te despiertan el espíritu consumista; uno puede pronunciar frases como: un edificio sin superficies planas que maravilla o una casa que baila a la orilla de un rio que fantástico; que te posan una cuenta pendiente. Lo que pasa luego de ver la obra depende del espectador, yo todavía no tuve la posibilidad de observar una obra de Gehry, lo que sé es que no me sentiría seguro dentro del edificio y me sentiría sorprendido fuera de él. Sé que sería un consumista mas, mostrando las contradicciones del mundo líquido, tratando de agotar la experiencia del edificio de Gehry lo más rápido posible, buscando borrar memorias de corta duración con nuevas memorias de corta duración. Eso es lo que me provocaría la visita a una obra del gran Canadiense, un agotamiento de mi corteza cerebral (responsable de la memoria de corta duración), la necesidad de reemplazar una memoria inexplicable por una borrarle. La única ventaja que yo tendría es que yo sabría que la batalla está perdida, que antes de Zygmut Bauman con su mundo liquido estuvo Frank Gehry con sus estructuras grandilocuentes y maleables que parecen un trabajo simple para el lobo que deriva la casa de los chanchitos. Pero las estructuras de Gehry no son ningún trabajo simple, siguen estando donde se erigieron y lo estarán por mucho tiempo, como también formaran parte de los libros de historia y del imaginario colectivo por que la arquitectura no es solo un arte, es un arte que representa las necesidades y los caprichos de la sociedad. Si no está seguro de esto puede preguntárselo a alguien que haya visto la casa danzante bailar con su sombra sobre el rio moldava.
18/10/2008.
sábado, 18 de octubre de 2008
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