domingo, 14 de diciembre de 2008

El cantor del oximoron

Es difícil encasillar a Kevin Johansen. El tipo habla con gracia y se siente tranquilo en cualquier lado que va. Uno lo escucha en la radio y el hombre habla como si estuviese tomando mate con la vecina, uno lo ve en la tele en sus videos y no le queda otra que reírse con él. Es todo muy natural con este cantor mezcla de un gringo y una Argentina. Es así, el hombre nació en Alaska y vivió expuesto al frio doce años. Luego se mudo a la Argentina hasta los noventa cuando se mudo a Nueva York por diez años. En ese año trágico para los argentinos Kevin Johansen volvió a su patria materna y a nosotros no nos quedo otra que conocerlo. Hace poco que nos comunicamos con Kevin Johansen, el público lo conoce desde hace poco más de siete años. Este proceso de intimación se comenzó a gestar con el disco “The Nada” que se edito en el 2000, pero la canción guacamole empezó a pegar con fuerza recién en el 2001. Guacamole fue y es un hit, una canción longseller en la actual maquina tragamonedas de la música. Lamentablemente eso es lo único que podemos entender de guacamole, su status de hit, ya que todo lo demás es incomprensible. La letra se mueve entre Ingles y castellano, las frases no son de una gran congruencia y la música es pegadiza pero no pertenece a ningún género. Es aquí donde radica la grandeza de Johansen, el hombre no pertenece a ningún género y es feliz con ello. A diferencia de con Guacamole, que podría justificar su letra en los ejercicios de abstracción de su autor, Johansen es un gran letrista y un desopilante empleado del humor. Es en este vericueto de gran poesía y melodía inclasificable que se desprende el universo del cantor con apellido sueco.
Así como con “The Nada” descubrimos el poder de hit de guacamole, fue con este disco debut, con el que también nos dimos cuenta que su música tiene la capacidad de acompañar las emociones. El hombre le pone letra y música a cualquier momento que uno esté pasando. En esto se gradúa su eclecticismo y su pragmatismo. Aquí uno puede notar una contradicción, como un tipo ecléctico, extrovertido y loco puede al mismo tiempo ser pragmático. Por este punto es por donde empiezan las preguntas interminables acerca de Kevin Johansen, el cantor de la contradicción. Johansen como ya dijimos no está sujeto a ningún estilo musical si no que desfila por todos los conocidos. Aquí también hace mancha en sus hilarantes contradicciones, un ejemplo de esto es la única Bossa Nova Argentina, que lleva el título de Anoche soñé contigo. Cuando uno se imagina a la bossa nova uno se imagina a Brasil, con las playas soleadas y la gente tomando caipiriña. La imagen de la bossa nova es la imagen del relajo y la tranquilidad. Es difícil imaginar a un porteño chupando frio en invierno, o no pudiendo mitigar su calor en verano que se le anime a un estilo tan brasileño como el de Caetano Veloso y Gilberto Gil. Pero Kevin Johansen lo hizo sin más, se animo a una bossa nova de las buenas, en la que le dejo un arma de seducción muy puntiaguda a toda la demográfica masculina. Que mujer no sentiría nada ante alguien que le profesa que anoche soñó con ella, pero que a diferencia de hacer esto durante el sueño lo hacía con los ojos abiertos. Así el contradictorio Johansen compuso su hermoso tema, un poco de Brasil, un poco de argentina y una voz juguetona que le habla a esa mujer imaginaria en tono de confidente. Este tema es solo un ejemplo del Abanico que posee este cantor con brújula rota y corazón abierto.
Para no quedarse corto con los países limítrofes Johansen hizo más de un candombe. Uno de ellos en colaboración con su contrapartida uruguaya, el gran Jorge Drexler. Aquí Johansen les canta a las chicas que no va a ser él, el que se canse de los abrazos y al que lo consuma la impaciencia. Pero Johansen no se queda solo en los ritmos Sudamericanos, su repertorio incluye boleros, bachatas, merengues y rock violento. Todo esto es acompañado por letras hilarantes y por un gran movimiento mediático que puede resultar engañoso. El engaño de Johansen empieza por el nombre de su banda, esta se llama “the nada”. Este título invita a más de una interpretación, uno puede pensar en la simple respuesta a un agradecimiento en el sentido fonético, o en la nada absoluta en el sentido literal. Sus discos siguen este doble sentido chistoso y contradictorio. Sur o no Sur le hace broma a Hamlet pero también al mismo Johansen que reconoce su status de payador sin tierra, de árbol sin sombra de la música latino-americana. En City Zen el piojo[i] hace otro estilo de doble juego, ya que aquí se suma al publico a tratar de entender el concepto del ciudadano y a reírse del mundo de lo new age. Su último trabajo Logo abandona el juego de palabras para alertar de el fenómeno del consumismo en una forma más agresiva y mas kitsch. Es así que en su segundo video el oriundo de Alaska aparece con una guitarra de Hello Kitty riéndose de lo fashion. Pero este es uno solo de los videos del hombre del artículo y todos merecen consideración.
El primer video fue el de Guacamole (2001) que invitaba a una fiesta potencial. Kevin salía a la calle e iba en búsqueda de la palta ideal para su guacamole, se daba la receta del guacamole y bailaban todos. Las escenas invocaban al típico día sábado de un argentino soltero y era muy fácil observarse en ellas. Johansen dejaba al oyente en ritmo de baile y se despedía con una coreografía un poco espástica pero muy agradable. Luego en Sur o No Sur (2003) se fue a la idea de la gran producción, la banda se mostraba por completo en el Sur de nuestro país y atravesaba el cartel de la embajada de Utopía con la intención de huir de la argentina. En Desde que te Perdí (2006) Johansen se hacía animador de una fiesta infantil en la que contaba su vida con marionetas. Logo es la apuesta más visual de Johansen y por eso hasta ahora se han rodado tres videos. El primero fue Anoche soñé Contigo (2007) en el que se muestra a Johansen como el perdedor prototípico. El cantor trabaja en mantenimiento y las chicas no le dan bolilla por eso sueña despierto con ser el mayor objeto de adoración. En Sos Tan Fashion (2008) el hilarante Kevin se presenta todo de blanco en lino y con una guitarra de Hello Kitty que chilla en su rosado, pero este es uno solo de sus atuendos, también vemos a un Kevin Flogger que usa el pelo para el costado y se cree superior. En el video de Logo (2008) se busca de nuevo la estética relacional de Guacamole ya que el cantor se presenta como el prototipo del anti-establishment. Lleva una barba larga, lee a Naomi Klein y alerta sobre el fin del mundo de la identidad propia.
Es por eso que Johansen es importante, como en su video de Logo donde a través de la risa analiza el establishment y pide que la gente sea mas original y menos susceptible al poder del sistema. Johansen es genial por que da un ejemplo de identidad que está ausente en el panorama musical de hoy. Además de esto el piojo divierte y hace divertir con una música que vive en una dialéctica de movimientos tectónicos contradictorios. Estas fuerzas naturales de la tierra construyen el universo musical Johansen, donde en un paraíso inventado todos los grandes músicos se reúnen. Es en este teatro de la vida donde el cantante se desenvuelve, comenzando con su guitarra amena para luego ir incluyendo más y más instrumentos al mix. Ese es el camino del cantor sin tierra, del árbol sin sombra, de ese que al ver pasar todos exclaman: Alii va Johansen con sus discos y su guitarra rompehielos a interpretar este mundo contradictorio.
12/14/2008.
[i] Mucha gente lo llama así por su parecido con Claudio López.

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